Uso de peróxido de hidrógeno (H2O2) en obstrucción de sonda vesical por coágulos

Autores/as

  • Santiago Toranzo Nieto Residente de Medicina Familiar y Comunitaria
  • Casal Codesido, JR
  • Rodríguez Álvarez, D

Palabras clave:

Obstrucción, Sonda urinaria, Coágulo, peróxido de hidrógeno

Resumen

Las complicaciones en pacientes portadores de sonda vesical son un motivo común de atención en los servicios de urgencias, entre ellos la obstrucción de la sonda es uno de los principales. Las sondas suelen obstruirse por coágulos sanguíneos derivados de intervenciones urológicas, cistitis rádica, litotricias percutáneas y tumores vesicales principalmente. Normalmente es suficiente con la realización de lavados manuales para poder desobstruir las sondas, pero no siempre es suficiente y la aparición de múltiples obstrucciones genera sufrimiento en el paciente. El peróxido de hidrógeno (H2O2) ha demostrado ser útil y seguro en la disolución de coágulos de sangre, actúa disminuyendo la adhesión del coágulo.

Presentamos el caso de un paciente de 73 años con antecedente de tumor vesical tratado con quimioterapia y radioterapia con cistitis rádica secundaria portador de sonda vesical de tres vías que acude por presentar dolor y dificultad para orinar después de tres días de hematuria sin coágulos. La exploración física era anodina salvo por dolor en hipogastrio y palpación de globo vesical a ese nivel. Analíticamente presentaba deterioro de la función renal con una creatinina de 4,5 mg/dl, siendo la previa de 0,93 mg/dl por lo que se solicitó una ecografía vesical para descartar uropatía obstructiva. En la ecografía se descartó uropatía obstructiva y se observó una estructura heterogénea en el interior de la vejiga de 7,5x5,7x6,7 cm compatible con ausencia de flujo en el estudio Doppler compatible con un coágulo (imagen 1). Tras realizar lavados manuales la sonda seguía sin ser permeable por lo que se realizó instilación de 50 ml de H2O2 al 3% diluidos en 200 ml de Suero Salino Fisiológico previa administración de analgesia para evitar el dolor asociado a la liberación de oxígeno por la reacción del H2O2 con el coágulo. Tras una instilación y posteriores lavados manuales con extracción de coágulos la sonda comenzó a ser permeable y el coágulo había desaparecido en la siguiente revisión ecográfica. El paciente ingresó en urología para cistoscopia donde se descartó la existencia de puntos hemorrágicos intravesicales, persistiendo el diagnóstico de cistitis rádica. Se inició sueroterapia y se normalizó la función renal. Finalmente, el diagnóstico fue retención aguda de orina por coágulos e insuficiencia renal posrenal.

El uso de H2O2 se ha descrito desde hace más de 20 años como tratamiento para desbridar y lavar heridas. En los últimos años se ha usado también como abrillantador dental, en sangrados del tracto gastrointestinal superior para mejorar la visualización endoscópica. Su seguridad está más que demostrada y su utilidad en la desobstrucción de sondas urinarias en pacientes con hematuria también; siempre teniendo en cuenta el dolor generado por la liberación de oxígeno en la reacción con la sangre que los pacientes describen de forma urente y que puede ser manejado con analgésicos del primer escalón de la OMS y en algunos casos con sedación. La instilación se realiza con H2O2 al 3% diluido en suero salino a través de la sonda urinaria. Esta sencilla técnica evita ingresos y la realización de pruebas invasivas mejorando la satisfacción del paciente y su tiempo de estancia hospitalaria.

Publicado

2024-05-07