TRAUMATISMO CRANEOENCEFALICO LEVE Y BIOMARCADORES DE LESIÓN CEREBRAL AGUDA
Palabras clave:
Traumatismo craneal, Traumatismo craneoencefálico, Biomarcadores daño cerebral, Consenso traumatismo craneal, Lesión cerebral aguda, lesión cerebral traumática, traumatic brain injury, TBI, TCEResumen
Actualmente, la tomografía computarizada (TC) craneal es la herramienta de diagnóstico estándar para evaluar la lesión intracraneal de pacientes con algún grado de traumatismo craneoencefálico agudo (TCE) e identificar aquellos que necesitan un tratamiento quirúrgico inmediato. Existe un consenso generalizado sobre la realización de la TC craneal en los pacientes con TCE moderado (puntuación en la Escala de Coma de Glasgow -GCS- entre 9 y 12) o grave (GCS 3-8), pero no hay acuerdo sobre a qué pacientes con TCE leve (GCS 13-15) se debe realizar esta prueba, debido a la baja prevalencia de anomalías intracraneales detectadas por TC y la mortalidad excepcional ligada al daño cerebral leve.
En las últimas décadas, ha habido importantes avances en el estudio de biomarcadores en sangre que permiten mejorar el diagnóstico y la caracterización clínica de los pacientes con posible daño cerebral, reduciendo pruebas innecesarias.
Recientemente la primera prueba rápida en sangre (se puede determinar en suero o en plasma, pero para simplificar, en adelante mencionaremos "sangre") de los biomarcadores específicos GFAP (proteína ácida fibrilar glial) y UCH-L1 (ubiquitina hidrolasa carboxiteminal L1) en TCE leve ha obtenido el marcado de CE (Conformidad Europea) y la aprobación por parte de la FDA (Food and Drug Administration). Los resultados de su uso indican que esta prueba puede incorporarse a la práctica clínica en urgencias, como ayuda a la toma de decisiones durante la evaluación de pacientes adultos con GCS 13-15 en las primeras 12 horas desde la lesión. Permiten determinar la necesidad de realizar una TC, reduciendo su indicación a los casos necesarios.
Un grupo de expertos multidisciplinar ha realizado una revisión y análisis de la evidencia científica actual y ha desarrollado un amplio documento consenso para homogeneizar el manejo del TCE leve en situaciones de urgencia en España en el que incorporan el uso de biomarcadores de daño cerebral, proponiendo un algoritmo de manejo clínico y diagnóstico. En esta publicación se destacan los aspectos más destacados de este consenso.
Tras un TCE, en urgencias hospitalarias la realización de pruebas de neuroimagen se limita a aquellos pacientes en los que el riesgo es mayor, teniendo en cuenta que en el contexto de TCE leve alrededor del 90% de las TC craneales que se solicitan son normales. La prueba rápida en sangre de los biomarcadores específicos GFAP y UCH-L1 en las primeras 12 horas tras el traumatismo es una herramienta complementaria durante la evaluación, que ayuda a la toma de decisiones para descartar la necesidad de realizar una TC craneal en pacientes con GCS 15 con síntomas y/o factores de riesgo, GCS 14 o GCS 13. Un resultado negativo de la prueba indica la ausencia de lesiones intracraneales, debido a su elevado valor predictivo negativo. Por lo tanto, tras un resultado negativo en la determinación de GFAP y UCH-L1, los pacientes pueden ser dados de alta para observación domiciliaria, siempre y cuando el paciente esté recuperado y sin sintomatología. En el caso de que hayan transcurrido más de 12 horas desde el traumatismo o que el resultado de al menos un biomarcador sea positivo, se debe proceder a la realización de una TC craneal. Ante hallazgos patológicos o en el caso de que la clínica del paciente no sea acorde con los resultados radiológicos, debe ser valorado por el servicio de neurocirugía. De lo contrario, los pacientes con una TC sin hallazgos patológicos, que no presentan factores de riesgo y que no hayan experimentado deterioro clínico o persistencia de los síntomas, pueden ser dados de alta por el médico de urgencias, para observación domiciliaria.
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